sábado, 26 de mayo de 2018

Mandala


El Mandala tiene su origen en la India y su nombre en sánscrito significa “círculo o rueda”,  pasando a representar su característica básica, aunque pueden ser de diferentes formas incorporando todas las figuras geométricas.

Para los budistas, su función es la meditación. No obstante, el proceso más importante para ellos es la “creación” de éstos por ser un camino “recorrido” que muestra las vivencias del momento de quien lo diseña y siendo la vía de conexión entre el hombre y la divinidad, tanto en el proceso de creación,  al tenerlo para observación o como adorno.

En clase, lo  primero que hicimos para llevar a cabo esta actividad fue colorear con pintura arroz que previamente nos habíamos traído de casa. Para ello lo metíamos en unas bolsas con cierre y dentro echábamos el color que queríamos; ya que solo disponíamos de los colores primarios, el blanco y el negro, si queríamos pintar el arroz de algún color secundario como el verde, teníamos que hacer mezcla del azul y amarillo.

Una vez hecho esto nos pusimos por equipos y cada uno debía hacer un dibujo, nosotras decidimos hacer el del yin y el yan, ya que simbolizaba el equilibrio entre dos polos opuestos que se complementan.

Durante el desarrollo de la actividad comprendimos la ventaja que supondría llevar el mándala al aula de educación infantil, ya que realizarlo fomentaba nuestra concentración y por tanto  estábamos en un estado de relajación, que en los niños es muy importante potenciar. Además esta actividad aumenta la creatividad, sus posibilidades de creación y la habilidad psicomotriz.

Cuando finalizamos nuestro dibujo, tuvimos que destrozarlo entre toda la clase, para enfatizar que lo importante de esta actividad era el desarrollo de la misma, no el final o el resultado.



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